Sabía que su sabor era una delicia en el país donde los falsos sabores no existen y los artificiales solo son una buena línea para inventar historias tristes que se desquebrajan en el mismo instante en el que llegan a las fantásticamente reales, era como leer un cuento del libro aquel de pasta dura que abría una y otra vez cuando de pequeña me abrazaba la noche.
Así, surge de esa manera instántanea esta paleta mentolada, que no existe mas que en ese cuadro que hice ayer, cuando soñaba. No escuchaba nada, sólo el respirar sereno de mi amante perfecto, quien junto a mí, disfrutaba de igual forma, el excitante sabor.
Mundo azulado...
Paleta mentolada, originalmente cargada por Lucía geS.